¿DÓNDE ESTÁN NUESTROS MISIONEROS?
“La orden es ir, orar y trabajar para enviar misioneros, no sólo recibirlos”.
– Antonio Salgado
¿Es su iglesia una iglesia misionera? ¿Tienes un compromiso con orar, dar o posiblemente preparar un hermano de su iglesia para ir de misión? ¿Tiene deseo de trabajar en misiones?
En muchos países de Latinoamérica se ha visto un gran esfuerzo misionero de grupos e individuos de varias organizaciones extranjeras. Muchas iglesias han recibido grupos de “misioneros” o han conocido misioneros personalmente que trabajan en su pueblo o aun en su iglesia local. Muchas de las personas que he conocido aquí en R.D. han sido fruto de estos esfuerzos misioneros. Por supuesto, lo que se ha hecho en Latinoamérica ha sucedido a pesar de los problemas de la región. además, no podemos negar que Dios los ha usado a pesar de estas muchas dificultades. Pero por la gracia de Dios, al final del día, la iglesia llegó y por esta razón hoy en día tenemos adoradores de Jesucristo en Latinoamérica. ¿Tiene sus problemas? Si; ¿Hay trabajo que hacer? Mucho; Pero damos gracias y gloria a Dios primero por eso.
Sin embargo, hay algo preocupante que sucedió con la “transferencia de la antorcha del evangelio” La visión quedó corta en muchos lugares, o quizás no se comunicó bien la misión en su plenitud. Cuando un pueblo reconoce su responsabilidad de alcanzar a su población con el evangelio, van en una buena dirección. Pero hay que entender que dentro del mandato permanece el elemento de ir más allá y no lo podemos ignorar. Entonces debemos definir los términos.
¿Qué pasó después de la transferencia de esa sagrada verdad que es el evangelio, cuando se pasó de una tierra lejana a otra? ¿Porque parece que muchos países reciben a misioneros, pero por lo general muy pocos en América Latina han enviado misioneros a otros lugares? Muchos creen que con evangelizar su propio pueblo basta y en llevar el evangelio a otros lugares de su propio país es suficiente para participar en la Gran Comisión. Para muchos, esto es misiones. Y en un sentido lo es, en parte. Pero no podemos detenernos allí.
¿Qué pasó después de la transferencia de esa sagrada verdad que es el evangelio, cuando se pasó de una tierra lejana a otra? ¿Porque parece que muchos países reciben a misioneros, pero por lo general muy pocos en América Latina han enviado misioneros a otros lugares? Muchos creen que con evangelizar su propio pueblo basta y en llevar el evangelio a otros lugares de su propio país es suficiente para participar en la Gran Comisión. Para muchos, esto es misiones. Y en un sentido lo es, en parte. Pero no podemos detenernos allí.
Veamos que dice el evangelio de Mateo 28:18-20 NBL dice:
“Acercándose Jesús, les dijo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.”
Algunas breves observaciones
Jesús declara su autoridad suprema delante de Sus discípulos.
Basado en esa autoridad Jesús da órdenes a sus discípulos que incluyen:
- Salir a otros lugares
- Hacer discípulos de todas las naciones (πάντα τὰ ἔθνη)
(grupos con diferencias etnolingüísticas y culturales, dentro de cualquier nación, y fuera en otras naciones también). - Bautizando creyentes.
- Enseñándoles obedecer a Jesús.
- Jesús promete estar con nosotros siempre
Por lo general, cualquier iglesia bíblica entiende la importancia de evangelizar, entiende el concepto de hacer discípulos por medio de la enseñanza a los nuevos creyentes sobre como seguir a Cristo. Y muchos entienden la ordenanza de bautismo y la importancia de crecer en conocimiento y obediencia a las enseñanzas de nuestro Señor.
Pero por una razón u otra, hemos fallado grandemente en un elemento sumamente importante de la gran comisión. El mandato incluye ir más allá, a personas diferentes de nosotros. Me refiero a un ministerio intencionalmente transcultural, cruzando barreras etnolingüísticas y aun geográficas, intencionalmente llevando el evangelio a personas diferente de nosotros y comenzando el mismo proceso con ellos que se hizo cuando el evangelio llego a nuestro contexto. Hay algunas iglesias que, si lo han hecho, han logrado enviar algunos, pero si somos honestos en vista del gran panorama, son muy pocos.
¿DÓNDE COMENZAMOS?
En primer lugar, lo mas practico y natural es alcanzar personas en nuestras familias, vecinos, compañeros de trabajo, etc. Pero realmente eso es solo evangelizar. Debemos de tener un plan para acercarnos a los extranjeros y hacer discípulos de ellos también. Tal vez, su iglesia no tiene los recursos para ir, o apoyar enviando a alguien para vaya a una tierra lejana. ¿Pero en un momento has pensado en los extranjeros que viven en tu comunidad, en tu ciudad? Grupos que usualmente son menospreciados. Ellos también necesitan el evangelio. Y eso será un perfecto ejemplo de participar en misiones a nivel local.
Que pensarías si te cuento con una gran tristeza, que he escuché un pastor con mis propios oídos decir que no le interesa alcanzar “esa gente” Este señor luego dijo que, “Pueden venir a mi iglesia si quieren, pero yo no haré un esfuerzo para alcanzarlos a ellos aparte de eso.” ¡¿Esa gente!? En ese momento mi corazón fue quebrantado. Este pastor estaba contradiciendo parte del mismo mandato de Jesús. Lo mas irónico es que si no fuera por misioneros de otros países que trajeron el evangelio a su país, él tampoco tuviera la esperanza que tiene ahora. Gracias a Dios que los hermanos que alcanzaron el país de este hombre no pensaron de esa misma manera.
Pero por eso es importante definir los términos. Si no entendemos que la gran comisión lleva consigo la intención de propulsar hacia a fuera y alcanzar personas diferentes a nosotros donde vivimos, y aun mas allá a otras etnias diferentes fuera de nuestras fronteras también, no entendemos el concepto de misiones. En pocas palabras, evangelizar es llevar el evangelio a nuestra propia gente y por supuesto el evangelismo es una importante parte de misiones. Pero misiones se podría definir mejor como la manera intencional de cruzar barreras culturales para evangelizar y discipular.
Nos equivocamos cuando solo evangelizamos gente de nuestra misma cultura y pensamos que estamos cumpliendo con la misión, cuando en realidad, es solo una parte de la misión. El texto no nos presenta el lujo de solo trabajar aquí o allá, un grupo u otro. Son las dos cosas. El Señor con toda autoridad en el cielo y en la tierra dijo a “todas las naciones, a todo el mundo. Y repito, eso fue un mandato, no una sugerencia. El Rey de reyes ha dado Sus órdenes; Punto. Estoy de acuerdo con John Piper cuando hablando respecto a las misiones dice: “Solo tenemos tres opciones, ir, enviar, o desobedecer.” Es clave que podamos entender esto, que las misiones no deben ser opcional para la iglesia.
A continuación, presento unas evidencias que pueden mostrar que muchas iglesias han perdido el enfoque, y después podrán ver algunas sugerencias prácticas para comenzar a tomar la gran comisión con mas seriedad en nuestras iglesias locales, aun con los pocos recursos que muchas iglesias cuentan.
Evidencias de que hemos perdido en enfoque de la misión:
Iglesias con crecimiento invierten sus recursos (y aun a veces se ponen en deuda) con asuntos secundarios; como mejores equipos, templos más amplios, una multitud de actividades divertidas, etc. Pero para no ser malinterpretado debo aclarar que estas son cosas buenas y ninguna es pecado en sí. Jamás diría algo así. Pero, si les pido que examinemos de manera honesta nuestras prioridades. Los presupuestos de cada iglesia revelan mucho acerca de las verdaderas prioridades de cualquier ministerio. Si tomamos en serio las palabras del Señor, la gran comisión debe ser una de esas prioridades.
El recibir y agradecer por misioneros de otros países que vienen y ayudan, pero sin tener ninguna urgencia en entender la necesidad de imitar ese tipo de sacrificio y entrega para otros. Lo que hemos recibido nunca era solo para nosotros.
Ningún plan de largo plazo para preparar y enviar misioneros desde las iglesias locales.
Ningún fondo asignado en el presupuesto de la iglesia para apoyar algunas personas que ya están trabajando en el campo misionero.
Ningún lugar en su lista de oraciones por misioneros en otros países, o para que el Señor levante misioneros de su congregación para dar su vida en el campo misionero en otro país.
Es tiempo que aprendamos a obedecer al Señor y salir de nuestras zonas de confort mis hermanos. Esto es el plan de Dios y no debemos darnos el lujo de ignorar las partes más difíciles de seguir a Cristo, recordemos que en el libro de los hechos los discípulos debieron recibir una persecución para poder expandir el evangelio a las demás ciudades y naciones, no debemos esperar que a nosotros nos suceda igual.
Sugerencias para ajustar nuestros enfoques y comenzar a participar en la gran comisión:
En primer lugar, debemos orar. Oremos por misioneros en otros países. Hermanos y hermanas que dan o ponen sus vidas en contextos mucho más difíciles que la nuestra.
Oremos para que el Señor ponga la pasión en los corazones de los miembros de su iglesia para presentar el evangelio en las demás naciones.
Oremos por provisión para poder apoyar a los misioneros y eventualmente enviar a otros. La fidelidad es más importante que cantidad, y las personas que dan ofrendas y oran por las misiones que cumplen un papel con la misma importancia que el del misionero en el campo.
Oremos y elijan un país por el cual orar frecuentemente, por las misiones y la iglesia de dicho país. Orar por las misiones en otras naciones es participar en dichas misiones. Dependemos del Señor y no podemos hacerlo en nuestras propias fuerzas.
Oremos para que el Señor levante uno de su propia iglesia al campo misionero, posiblemente podría ser usted. ¿Estarías dispuesto?
Ser intencional en preparar líderes. Esto siempre debe ser una prioridad en cualquier iglesia. Si tienes hombres fieles trabajando en el ministerio, que conocen la Palabra de Verdad, ellos serán los mejores candidatos. Si va ser eficaz como misionero, debe ser un buen teólogo.
Sobre todo, haga el trabajo de un evangelista. Predícale a todo el mundo. Pero debes ser intencional en buscar oportunidades de establecer relaciones con personas de otras culturas también (aunque sea con traductores), toma el tiempo de aprender cosas de ellos y de su cultura, con la meta de predicarle el evangelio. Esto también es participar en misiones.
Si abres los ojos te darás cuenta de que Dios trae un campo misionero a tu propia puerta. Las oportunidades abundan, Cristo tiene toda autoridad y gracias a Dios Él prometió estar con nosotros. ¿Qué más necesitamos? ¿Qué nos detiene?
Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones… – Jesús
Escrito traducido por Antonio Salgado
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